Es aquella que participa de unos valores culturales y lingüísticos
construidos en torno a la lengua de signos y a una concepción visual
del mundo. La conforman personas sordas y oyentes que comparten el
mismo legado lingüístico y cultural. Está dotada de una estructura
asociativa con tupidas redes de relaciones, articuladas alrededor de
entidades organizadas y cultura propia y donde la sordera no es
considerada ni deficiencia ni discapacidad.
Existen dos visiones acerca de la sordera y del
grupo que conforman las personas Sordas.
Un punto de
vista médico
Patología o enfermedad, por lo tanto, son identificadas como
personas con una deficiencia auditiva o discapacidad auditiva.